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Me lo expliquen

Lunes 29: «Que soy el Supremo: ¿Está ahí la jueza Alaya?»

La Justicia estará desbordada pero a mí, hoy quiero confesar, me desborda. No entiendo a los jueces y mira que les tengo respeto a ellos, a su independencia, a sus veredictos e incluso a sus errores. Les respeto y profeso cierto temor de dios, tanto que me muerdo la lengua hasta la autolesión cuando cerveceo con un viejo amigo ex hippie que ya va por magistrado en ciernes y que, pese a que tocaba en una banda de rock y ahora hasta casa con cierta guasa, a mí me impone. Repienso todo lo que digo delante de él no se me vaya a escapar alguno de mis delitillos veniales con miedo a que me detenga, me preimpute, me impute, me procese o me use como cortina de humo, que es la última innovación penal que le están aplicando, según ella misma denuncia con impotencia, a Isabel Pantoja. No hay derecho. Ni Derecho, por lo que se ve.

Cómo se explica si no que dentro de un sistema tan complejo como el diseñado para la Justicia española, que asumimos que es jerarquizada y costosa y lenta en pro de obtener las mayores garantías, cómo se explica entonces que se resuelva con una llamadita telefónica «del Supremo» que la jueza Mercedes Alaya pueda seguir instruyendo la macrocausa de los ERE a pesar de que la lógica y el procedimiento habitual dice que, una vez elevado el caso a la instancia superior, una se espera a que le digan si lo toman o lo dejan.

Lo leo en El País con la firma sagrada de Javier Martín Arroyo y doy por hecho que va a misa esto que leo, pero no lo entiendo. Llevo todo el fin de semana escuchando los trámites establecidos para que el Tribunal Constitucional imponga hoy su ley a cuenta de la consulta convocada por Artur Mas y vivía convencida hasta ahora mismo de que los órganos judiciales se hablaban entre ellos por escrito, con documentos oficiales y argumentos que justifiquen los porqués de esa decisión. La alternativa es resucitar a Gila («Que soy el Supremo: ¿Está ahí la jueza Alaya?») y decirle a Isabel Pantoja que su abogado podría haber solicitado el beneficio de suspensión de pena de prisión con una llamada «a la Audiencia». O mandarle un guasap si estaba en línea.

 

Martes 30: ¿Las cuentas de buena pipa?

11.00h. Llegó el día de la alegría: derramando relucientes monedas de euros, las cuentas de la recuperación entran por las puertas del Congreso de los Diputados en el ipad del ministro titular de la cosa hacendística, Cristóbal Montoro. Me lo expliquen porque no lo entiendo y no me refiero al Presupuesto del Estado de 2015, que una a estas alturas de su corta pero intensa existencia navega con más soltura por el temido Libro Amarillo que por las Páginas del mismo color. Lo que no puedo entender es cómo van a hacer las mentes pensantes del discurso del Gobierno para que los sufridos contribuyentes mastiquemos sin atragantarnos el argumentario diseñado a la medida de nuestra agenda ciudadana, cuajadita de elecciones.

Simplificando mucho la cosa, a ver si alguien entiende lo que yo no alcanzo, la línea oficial del Gobierno de Mariano Rajoy sostiene que la actividad económica va a crecer tanto el año que viene que las arcas del Estado van a recaudar lo mismo que en los años de la burbuja. Eso solo 29 meses después de que, en la primavera de 2012, el ministro irrumpiera en la escena de la Hacienda Pública con los Presupuestos del Estado más sombríos de la historia reciente, sin atisbo de estímulo a la economía y consagrando los esfuerzos de todo el país a la reducción del déficit. El pesimismo de entonces es directamente proporcional al optimismo de hoy. Los ciudadanos también se encuentran en distintas circunstancias: los de hace 29 meses acababan de echar del Gobierno a José Luis Rodríguez Zapatero (Montoro se disponía a gestionar su famosa herencia) y los de hoy son los que tienen que decidir desde ya a sus representantes públicos en distintas convocatorias (lo que gestiona ahora Montoro es su propia herencia). ¿Percibirán tantas diferencias como presuponen los Presupuestos del Estado entre una herencia y otra? Que me expliquen cómo van a hacerlo los expertos en comunicar la materia porque a mí me cuesta entenderlo solo con revisar de puntillas las vergonzantes cifras de Cáritas sobre exclusión social o comprobar que no han vuelto las fábricas que hemos visto caer en este tiempo ni se ha recuperado el nivel salarial perdido y que reclama con contundencia la propia Organización Internacional del Trabajo.

 

Miércoles 1: Cuestión de idoneidad, cuestión de confianza 

«Me no comprender». Eso estarán pensando algunos de los miembros de la Eurocámara y no precisamente por el idioma, que Miguel Arias Cañete está derrochando don de lenguas y ha respondido en inglés, en francés y en alemán. Y porque no hay chinos en la sala que él ya lleva tiempo aprendiendo pinyin. Miguel Arias Cañete aspira a ser la máxima autoridad europea en Acción Climática y Energía y para evitar incompatibilidades vendió a mediados de septiembre sus acciones en empresas petroleras en las que participaba cuando era ministro español de Medio Ambiente, representante del Estado en las cumbres de Cambio Climático y en los consejos europeos en la materia. Con la candidatura en marcha, el eurodiputado Equo Florent Marcellesi calentó la caldeada atmósfera lanzando el siguiente vídeo para denunciar la vinculación de Arias Cañete con los oligopolios petroleros.

Cada vez que se comentan con alguno de sus colaboradores los tics machistas del ex ministro (a cuenta de su condescendencia con las mujeres por aquello de la superioridad intelectual masculina) o sus tics clasistas (a cuenta de que los camareros en España, con tanto inmigrante, ya no son lo que eran) se alzan voces que defienden que, más allá de sus formas, de su espontaneidad y de su conservadurismo, Arias Cañete tiene una cabeza privilegiada, capacidad de gestión y solvencia intelectual. No lo dudo. Pero no es una cuestión de idoneidad técnica, sino de preservar la confianza en el sistema.

Porque no entiendo cómo en la España perpleja por los abusos (el titular de hoy: 15 millones de euros gastaron los consejeros de CajaMadrid con tarjetas fantasma) nos podemos permitir el lujo de seguir pasando la mano en cuestiones que difuminen los más mínimo la línea roja, gruesa y definitiva que tiene que separar los intereses públicos de los gobernados de los privados de los gobernantes. ¿En serio que es lo más conveniente que una persona que acaba de hacer una transacción empresarial en el sector tenga en su mano el marco regulatorio del mismo? Porque ahí donde aspira a sentarse Cañete es donde se hace la gran política energética de Europa, ahí es donde se decide la política económica que rige a las empresas europeas. ¿Existe o no conflicto de intereses? Dependerá del nivel de exigencia. Debería ser máximo, pero no lo es aunque el debate haya estado encima de la mesa en sobradas ocasionesMe tampoco comprender.

 

Jueves 2: Más parados para la recuperación

A las 9.00h conocemos el nuevo dato del paro. Aumenta el número de parados pero estamos contentos. Me lo expliquen. Acudo a mi experto de cabecera en cosas laborales y me cuenta que el paro hay que analizarlo en series, que tenemos una economía muy estacionalizada y que el crecimiento del número de desempleados en septiembre se da por hecho y que lo importante es que el paro crece menos que otros septiembres. Puede empezar a entenderlo desde el punto de vista estadístico, pero nunca desde humano. Más parados son más parados. Con nombres, con apellidos y con historias de ahora, de este septiembre. Y quién sabe si alguno de los que cayeron en el anterior septiembre que fue peor que éste han retomado su vida laboral. En Andalucía, hoy como en septiembre de hace un año, sigue habiendo más de un millón de parados. Así cierra su crónica de hoy Paco Santiago:

 

Viernes 3: Legislar contra la ley del más fuerte

«Como se quede embarazada nos encontramos con el problema». Lo dice Mónica de Oriol, presidenta del Círculo de Empresarios, que se lleva todas las críticas del grupo de guasap de mis amigas madres, primero, y de medio país después (lo digo por orden de aparición en mi móvil, que mis amigas viven al filo de la noticia). Mónica de Oriol, ácida y descarnada, sabe que dice algo políticamente incorrecto pero tiene la valentía de decir lo que la gran mayoría de los empresarios piensan y no dicen por si viene la policía de género a censurarles.

Es bueno que afloren las mónicasdeoriol para que pongamos al descubierto nuestras vergüenzas, las de una sociedad consentidora que retrocede en derechos y, de forma muy llamativa, en el derecho de la mujer a ser madre y desarrollar en condiciones de igualdad su carrera profesional. Y eso solo se consigue con políticas que favorezcan la conciliación, con bajas de maternidad garantizas (conozco a tantas mujeres que no saben lo que es disfrutar de los cuatros meses que antes de la crisis nos parecían poca cosa) y con discriminación positiva, sí, con cuotas en la vida pública y también en las empresas privadas. Me tienen que explicar eso de que no se puede intervenir en este ámbito privado: ¿acaso las empresas no perciben fondos públicos procedentes de los bolsillos del todos los hombres y mujeres contribuyentes? ¿por qué no les puede pedir el Estado un compromiso con la igualdad entre hombres y mujeres contribuyentes?

Demostrado que el discurso de género ha degenerado en una gran hipocresía, legislen ustedes señores legisladores, que indicadores ya tenemos muchos. Legislen para evitar que la inercia de los siglos siga pesando sobre esa mitad de la población que, pese a madurar antes en la infancia y cosechar más éxitos en los estudios que la otra mitad, entre los 25 y los 45 años deja de ser todo lo productiva que pudiera porque la sociedad no se lo permite pese a haber invertido enormes cantidades de recursos públicos en su formación (que hay más licenciadas chicas que chicos). Legislen ustedes porque la desigualdad, como la ceguera o la infección, no es una enfermedad que se corrija sola, máxime si se produce en una sociedad que, pese al revuelo, se toma a broma que un alcalde siga en el cargo después de decir públicamente que las faldas están para quitarlas. El escándalo proviene de que lo dijo en público porque en privado, a diario, son tantos los comentarios de ese tipo que dejamos pasar con si acaso un gesto de fastidio. Legislen ustedes contra la ley del más fuerte y contra quienes terminan ejerciendo esa fuerza en forma de violencia contra las mujeres. Y que no tengamos que volver a hablar de funerales (rectificar es de sabios, Pedro Sánchez).

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